Nació en Alcalá de Henares en 1485, ocho días antes de la Nochebuena. A los cinco años contempló la emocionante y vistosa toma de Granada. Allí se quedó a vivir con sus padres, porque Isabel y Fernando siempre consideraron que la capital de la España suya, la de los Reyes Católicos, sólo podía ser la ciudad ganada por ellos para la Cruz. Pasaron los años y un día Catalina tuvo que abandonar los arrayanes y la magia umbría del Generalife y la Alhambra, las calles soleadas de Santa Fe y el perfil soñador de la Torre de la Vela. Su destino era el de completar el designio político de la España recién nacida como potencia universal, en contra y a despecho de Francia, cuyo cerco establecieron los Reyes Católicos con el anillo de cinco bodas: Juan y Juana con los Habsburgo; Isabel y María, con Portugal; Catalina con Inglaterra.
Que su Catarina un día va a Alhambra, vale? :)
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